El Presidente Javier Milei, en su discurso por cadena nacional, buscó desmentir a quienes sostienen que el superávit fiscal se logró por efecto de licuación inflacionaria y no es sostenible en el tiempo. Así ratificó que el equilibrio fiscal no es solo una meta técnica, sino base de su filosofía de gobierno.
Destacó que la licuación inflacionaria de las jubilaciones no son el centro de su estrategia fiscal, porque implican el 0,4 puntos de los 5 que se recortaron en el déficit, donde la mayor parte del recorte recayó sobre “gasto público que la política utilizaba indiscriminadamente para comprar voluntades”.
Es clave para que se sostenga el apoyo del mercado financiero, que con el rally de bonos de la deuda soberana viene dando señales de credibilidad en el programa económico. Habían circulado versiones sobre eventuales medidas cambiarias, pero, después de la reunión con el Fondo Monetario Internacional quedó en claro que el desarme del cepo pasaría a segundo plano, después de la consolidación del superávit fiscal y de la baja de la inflación.
Para el público en general, el mensaje es que el sacrificio tendrá sentido, porque será lo único que posibilitará el crecimiento genuino de la economía. Además hizo hincapié en su consigna sobre castigar a “la casta” y no a los trabajadores.