Desde el segundo trimestre de 2023, los salarios perdieron un 11 % de poder adquisitivo, mientras la desigualdad aumentó con una mayor concentración de ingresos en los sectores más ricos.
El Observatorio de la Deuda Social Argentina de la Universidad Católica Argentina publicó un informe en el que advierte que —entre el segundo trimestre 2023 e igual período del 2024— se observó un empobrecimiento de la población debido a tres factores: la “pérdida de capacidad de consumo en un escenario de alta inflación”, la ausencia de mejoras en los ingresos y el “aumento acelerado de los precios”.
El estrato más bajo fue el sector que padeció en mayor medida los ajustes económicos, con la consecuente caída de su poder de compra. De esta forma, se amplía la brecha de ingresos en los estratos más bajos con respecto a la línea de indigencia y pobreza.

El desempleo, que subió al 7,6 % en el segundo trimestre de 2024, afectó a más de 1,7 millones de argentinos, con mayor impacto en los trabajadores informales. El informe subraya que, aunque todos los sectores pierden, los más bajos sufren más, lo que agrava la desigualdad.
Se mantienen desigualdades estructurales en lo que refiere a la composición de los ingresos de las unidades domésticas: estratos bajos con mayor dependencia de ingresos no laborales y una mayor participación de ingresos laborales entre los hogares de estratos más altos.
La caída del ingreso promedio fue del 12 %, insuficiente para compensar el aumento en el costo de vida, con una concentración de ingresos cada vez más marcada: el 20 % más rico concentra el 49,3 % de los recursos, mientras que el 20 % más pobre apenas el 5 %.