Los vientos favorables, cambian, el viento de cola ahora juega en contra. Todo lo que el mercado está viendo: desplome de bonos, suba del riesgo país, suba de futuros, caída en precios agrícolas, baja del petróleo, devaluación brasileña, desvalorización de los yuanes de las reservas; había sido anticipado por expertos cuando Donald Trump ganó la elección.
El gobierno argentino no sólo desestimó que esta situación fuera a ocurrir sino que insinuaba que Argentina quedaría en el listado de los países beneficiados.
Los mercados desconfiaban del esquema cambiario, por la venta de reservas y la suba del riesgo país. En este conexto, el margen de acción del gobierno se acota y se enfrentan a desafíos no esperados para sostener el programa económico a largo plazo.
La duda es respecto de la decisión que pueda adoptar el gobierno en su estrategia económica hasta las elecciones; si las principales fuentes de ingresos de dólares, no aportan lo esperado.
