En un intento “ingenuo” de medir con herramientas tradicionales el conocimiento ciudadano sobre el trabajo de la Honorable Legislatura de Tucumán, se abrió —quizás sin querer— un nicho de exploración espontánea que permitió el ingreso de un diagnóstico ciudadano no solicitado.

La Legislatura intentó acercarse a la gente con una encuesta, pero la ciudadanía respondió con lo que encontró a mano: ironía, críticas y enojo, devoluciones que revelan mucho más que desconocimiento. Sacan a la luz la desafección, desconfianza y una ruptura simbólica.