Los procesos de aceleración inflacionaria, caída de ingresos y el posterior deterioro de los haberes en los hogares generan lo que se denomina estrés económico, de acuerdo a la medición del Observatorio de la Deuda Social Argentina de la UCA superó el 50% en 2024.
En paralelo, la pobreza se ubicó en el 38,1% y la indigencia en el 8,2%, según la última medición del INDEC.
Este indicador amplía el análisis de la pobreza multidimensional, y mide la percepción sobre la capacidad de los ingresos totales del hogar para cubrir consumos básicos mensuales, sostener patrones de consumo y capacidad de ahorro.
En esa línea, Agustín Salvia, explicó que en el estrés económico se observa que “hay un aumento sostenido de la tasa de la pobreza entre 2022 y 2024”. Por el contrario al dato oficial, “no observa un pico en 2023 y una baja muy pronunciada en 2024”.