A pesar de los datos positivos de 2025, un alto porcentaje de hogares no sienten que su economía doméstica este repuntando. Esta situación se evidencia en distintas variables: aumento de la morosidad, endeudamiento de los hogares, la falta de repunte del empleo.
Por un lado, las exportaciones argentinas crecieron un 10,8% en junio de 2025, pero las importaciones lo hicieron a un ritmo mucho más acelerado, un 35,9%. Por otra parte, el riesgo cambiario es latente, ya que las reservas netas disponibles están por debajo de los 40 mil millones.
Entre diciembre de 2024 y mayo de 2025, la morosidad pasó del 2,6% al 4,5%, y según los datos del Banco Central, casi el 19% de los ingresos familiares se destina al pago de deudas.
Por su parte, los datos de empleo siguen negativos. La industria perdió 37.600 puestos de trabajo, y el sector de la construcción sufrió una caída aún mayor, con 92.170 empleos menos en el mismo periodo.
El problema central es que la macro economía tiene valores positivos, pero la percepción de crecimiento solo se da si existe empleo de calidad, estabilidad de precios y un repunte en el poder adquisitivo de las familias.
