El nuevo incremento en los encajes generó malestar en los bancos. El anuncio elevó la tensión del Gobierno con el sector, como un intento por contener la fuerte volatilidad del dólar.
La nueva medida impone que cada $100 que ingresen en depósitos, más de $50 deberán inmovilizarse en el Banco Central. De esta forma, el Gobierno refuerza el desplazamiento del crédito del sector privado hacia el financiamiento del sector público.
El cambio intenta adelantarse a la licitación de este miércoles y reducir las opciones de los bancos. Las entidades financieras vienen perdiendo rentabilidad desde el segundo trimestre.
