Los usuarios del transporte público de la capital tucumana sufren, por segundo día consecutivo, el paro del gremio de los choferes de colectivos (UTA). La medida afecta 13 de las 14 líneas que circulan. El detonante fue la suspensión de 154 trabajadores por la caída de la recaudación y demoras en recibir los subsidios.
El conflicto afecta a aproximadamente a 250.000 personas que utilizan dicho servicio. La protesta es exclusiva de San Miguel de Tucumán porque la medida no contempla los servicios interurbanos y rurales.
AETAT señaló que no piden al municipio capitalino un aumento inmediato del boleto, sino que se revea el sistema porque el tradicional, que se basa en la recaudación por pasajes, es inviable. En tal sentido, las empresas solicitaron se implemente el sistema de pago por kilómetro recorrido. Esto implicaría que el municipio pague por el servicio que exige, que contempla número de unidades y frecuencias, aunque los colectivos vayan casi vacíos en algunos horarios.
