El Gobierno coincide con el sector privado en que Argentina tiene una presión tributaria exorbitante, que conspira contra la competitividad y la posibilidad de iniciar un sendero genuino de crecimiento. En el último encuentro de la UIA, fue uno de los ejes del reclamo fabril.
El presidente Javier Milei considera que la presión tributaria supera el 30% del Producto Bruto, un nivel alto para un Estado que hace agua en varios frentes y no provee servicios de calidad.
Milei sostuvo que el compromiso del Gobierno es llevar adelante una reforma tributaria que “reduzca la presión impositiva, simplifique la vida de los argentinos y promueva el comercio”.
El Gobierno viene realizando un análisis sobre unos 150 impuestos vigentes en la Argentina. Una de las principales conclusiones fue que apenas diez de esos gravámenes representa el 90% de la recaudación.