La caída del consumo es generalizada en las provincias del interior del país. Esto impacta negativamente en la recaudación de los gobiernos locales, pero se observa un fenómeno peculiar; el ajuste también se identifica en productos de primera necesidad.
La causa es la pérdida del poder adquisitivo del salario de las personas. Según datos oficiales, le consumo cayó un 10% aproximadamente. En el interior de las provincias se profundiza por el costo logístico.
Otra señal visible de la crisis se detectó en los cambios en las góndolas, en donde marcas tradicionales argentinas fueron desplazadas por productos de menor costo e importados. Las góndolas se vacían rápido porque se reduce el stock. A pesar de ello, no existe problemas de abastecimiento.