La economía no muestra signos de recuperación, la baja en el consumo y la producción ya se trasladaron al empleo. Aumentan las suspensiones y crece la conflictividad laboral. Según datos oficiales, junio pasado fue el mes con más despidos en los últimos nueve años. La UIA adelantó que la situación se agravó y los bancos alertan por cheques rechazados. En tanto el dólar amenaza con golpear el poder adquisitivo.
Si bien se espera que al finalizar el año, el Gobierno obtenga un crecimiento en la actividad, sólo será un efecto de arrastre. La realidad es que ventas, producción y acceso al crédito, se encuentran paralizados.
La semana pasada empezaron los problemas en las cadenas de pagos. Entre junio y julio se duplicaron la cantidad de cheques rechazados, ese indicador siguió creciendo durante agosto.
