Los datos reflejan un crecimiento acelerado en el cierre de empresas, suba del endeudamiento de las familias y un deterioro constante en los indicadores del consumo masivo. A esto se suma la posibilidad de un nuevo incremento de precios que impactaría negativamente en los ingresos.
Este fin de año se junta con la culminación del proceso electoral que podría precipitar el fin del esquema cambiario vigente y desencadenar una nueva devaluación.
El deterioro de los ingresos no cesa. Esta semana comenzó un nuevo incremento de precios en productos de consumo masivo. Los supermercados recibieron listas con aumentos de entre el 4% y el 10%
