El costo de la producción en la Argentina subió un 25% en dólares desde finales de 2023, mientras que el IPP estadounidense mostró una variación cercana al 4%”. Esto implica una pérdida de competitividad ante la apertura comercial y desregulación. Significa que la estabilización será insuficiente sin una mejora estructural de la competitividad.
Según el Índice del Costo Argentino de la Producción, pese a la pax cambiaria y la baja del riesgo país, la industria sigue perdiendo competitividad por factores exógenos a las fábricas.
El encarecimiento de los costos locales se explica por factores domésticos, como la apreciación real del tipo de cambio. Los incrementos afectan negativamente la rentabilidad, dificultan la planificación a largo plazo y limitan la capacidad de inversión y expansión de las empresas.