Las presiones cambiarias tiene un costado positivo. Generó una mayor competitividad de los productos argentinos en el exterior y menor incentivo para traer productos de afuera. No solo es un fenómeno a nivel local, sino que existe una depreciación del dólar a nivel global.
En los últimos seis meses el dólar acumula una caída de más de 10%, como consecuencia de los vaivenes de la política arancelaria de Donald Trump.
El mercado cambiario local se ha visto presionado al alza en las últimas semanas debido a varios factores, como la mayor oferta de pesos en el mercado o la búsqueda de cobertura ante ruidos políticos. Esto generó una suba de alrededor de 5%, por encima de la inflación y las tasas de interés mensuales.
El Índice de Tipo de Cambio Real Multilateral (ITCRM) que elabora del Banco Central, que mide el precio relativo de los bienes y servicios de la economía local respecto de los principales doce socios comerciales del país, en función del flujo de comercio de manufacturas, se encuentra en los niveles más altos de depreciación, desde principios de junio del año pasado.