La consultora Focus Market de Damián Di Pace, analizó el ingreso promedio en Argentina, comparado con países vecinos, el cual es de u$s196 en forma mensual (dólar paralelo); a la par de los salarios como Brasil o Uruguay, en los cuales son u$s574 y u$s810 respectivamente.

Pero, la decadencia de los ingresos de los asalariados nacionales no es nueva ni es justo acusar a la administración libertaria por su degradación constante. El propio presidente, Javier Milei, en declaraciones televisivas explicaba que, “en la convertibilidad el salario promedio en Argentina era de u$s1.800 que, a moneda de hoy, sería de u$s3.000. Sin embargo, hoy es de 600 dólares”.

Para algunos analistas económicos la comparación histórica presidencial no es precisa y no es recomendable medir los salarios en dólares.

Nuria Susmel, economista de la Fundación de Investigaciones Económicas Latinoamericanas (FIEL), expresó a Chequeado.com que “es difícil saber si somos pobres o no en relación a lo que podemos comprar del mundo porque ha pasado que hemos tenido salarios en dólares altísimos porque estaban artificialmente sostenidos por el Banco Central”.

La Argentina de Milei registra un fenómeno difícil de explicar al ciudadano de a pie. Después de la devaluación de la moneda nacional cercana a un 120% que realizó la gestión del ministro de economía, Luis Caputo, y el jefe del Banco Central, Santiago Bausili, el país debería estar preparado para recibir turistas de todas las partes del mundo, África incluida, por la depreciación del peso frente al dólar.

Sin embargo, la inflación todo lo corroe. El alza del costo de vida corroe presupuestos empresariales, familiares, gubernamentales, y, también, la imagen de dirigentes políticos como les sucedió a líderes del pasado como Juan D. Perón, Raúl Alfonsín o Cristina Kirchner.

Ya desde el mes de diciembre, el primero de la gestión del presidente libertario, el 25% de inflación del último mes del año del 2023, generó que pierdan valor sus ingresos, incluso, aquellos que cobran por servicios vendidos al exterior o tienen moneda extranjera en sus bolsillos.

Una situación similar atraviesan los turistas que llegan al país, quienes se sorprenden por el fin del veranito de los tours de compras que realizaban por el país, cuando todo les parecía barato en comparación con lo que pagan en sus países de origen.

Recientemente, un influencer español de las redes sociales con una legión de seguidores, Marsal, visitó Argentina y en el primer video que subió a sus cuentas se quejó abiertamente porque “perdió poder adquisitivo” en relación a cinco meses atrás cuando había visitado el país.

La sequía de ventas en los comercios de indumentaria argentinos no se debe sólo a la caída de ingresos del público local, tampoco los turistas europeos compran.