La morosidad en las familias continúa en ascenso y alcanzó un 6,6% sobre el total de créditos. Las elevadas tasas de interés y el poco dinamismo de los salarios reales impactaron en la capacidad de pago.
La tendencia de los meses previos venía mostrando que los principales aumentos de morosidad se estaban viendo en los préstamos personales y el financiamiento con tarjetas de crédito.
En el caso de las empresas, la irregularidad fue del 1,4%; implicó una suba mensual de 0,2 p.p. Sumando familias con empresas, el porcentaje fue del 3,7%, 0,5 p.p por encima del dato de julio.
